viernes, 24 de febrero de 2017

Relámpago el caballo, 2 parte


Ceferino

            Y es que Mengele se hacía pasar por director de la Academia Germano-mapuche en la Patagonia, una inmensa región al sur de Chile y Argentina que casi abarca más de la mitad de ambos países. Los mapuches son el grupo étnico de nativo americanos sin país más dominante del cono sur, los que más resistieron los embates de la conquista inca y española; pueblo indómito, lograron adaptarse a las tácticas militares de sus invasores, adoptaron el caballo de los españoles y se impusieron culturalmente sobre sus vecinos. Hoy en día sufren de la discriminación social y cultural por parte de los pueblos de Chile y Argentina, quienes nunca olvidaron que los mapuches apoyaron a la corona española en las guerras de independencia, aunque tal apoyo fue parcial y la guerra nunca ocurrió en sus territorios propios.

            Allí, el doctor Mengele y su escuela, supuestamente, estaban brindando educación formal y gratuita a los mapuches de la Patagonia con el auspicio de la fundación Thule, pero en realidad la finalidad era utilizar a esos jóvenes como conejillos de indias. En uno de sus salones, una rubia alta, delgada y hermosa está dando una clase a adolescentes de preparatoria.

-Bien niños ¿Quién fue el vencedor de las batallas de Salta y Tucumán?

            Un niño estuvo a punto de levantar la mano, pero se conformó con quedarse atónito ante otra levantada con más ahínco que se hizo mucho más visible.

-Manuel Belgrano, militar, diplomático, político y creador de la bandera argentina.

-Muy bien Ceferino Tahiel, ya has contestado gran parte de las preguntas. Oí que estabas trabajando en un robot para ayudar discapacitados ¿Es eso cierto?

-Sí, tanto yo como mi hermana lo tomamos como pasatiempo. Lo único malo es que, en esta área rural en que vivimos, es difícil hallar suficientes componentes, por lo cual no lo hemos terminado.

            Las niñas mapuches se lo quedaban mirando también y es que Ceferino era, además de brillante, un muchacho bien parecido cuyo rostro recordaba a Lautaro, el guerrero más grande que recuerdan esas tierras, mientras sus compañeros no dejaban de ponerle atención a todo lo que decía.

            Ya en el recreo, Ceferino va caminando y es seguido por el mismo muchacho que quiso alzar la mano junto con varios compinches. El siguiente diálogo fue traducido del idioma mapuche.

- ¡¡A ti te gusta impresionar a todos y quedar como el héroe!!

            Pero Ceferino no le prestó atención. Luego, él hizo como que se retiraba, pero Aicapan lo agarro por la manga y le confronto.

-¿Acaso me tienes miedo?

            A lo que Ceferino respondió en pocas palabras.

-Escucha Aicapan, yo no quiero pelear.

            Esta respuesta por alguna razón Aicapan la consideró ofensiva, por lo cual atacó físicamente a Ceferino, quién se defendió magistralmente como un verdadero guerrero. Estando a punto de ganar, los compinches de Aicapan intervienen y logran cambiar la balanza a favor de su adversario, por lo que el cuerpo académico y algunos compañeros deben intervenir y los separaron. Los llevaron a la oficina de Sigfried Mengele.

-Bien niños ¿Por qué se pelearon?

-¡¡¡Él empezó, con sus aires de superioridad, a decirme que yo no estaba seguro de las respuestas!!!

-¡¡No es cierto, Aicapan, estás tergiversando mis palabras!!

-Suficiente niños, según relatos de testigos, Aicapan, tú lanzaste el primer golpe y al ver que perdías la pelea, tus amigos decidieron ayudarte. Eso no exime a Ceferino del castigo, pero hace que el tuyo sea hasta más severo, por tanto, quedas suspendido por tres semanas.

            Aicapan mira hacia Ceferino y de forma desafiante le dice esto en lenguaje mandungun 1

-¡¡¡Te prometo que ganaré la carrera del domingo, mi yegua es más veloz que tu caballo!!!

- ¿Qué quiso decir?

-Estaba hablando de la carrera de caballos el domingo; yo siempre gano en la categoría infantil, escoltado por mi hermana. Aicapan piensa que, por todo eso, me creo mejor que él.

-Hummmm, que lástima que yo no sé montar caballos.

-Je, je, no se angustie, es muy difícil que cualquiera pueda montar mejor un caballo que nosotros; eso desde hace quinientos años.

-En vista de que no comenzaste la pelea sólo te castigaré una semana, pero en lugar de estar en tu rancho todo el día, puedes ir a visitarme a mi hogar para buscar partes de robots y te puedes divertir armando los autómatas que tú quieras.

-Es usted muy generoso, pero no creo que yo vaya a aceptar. 2 El ulmen de mi tribu o sea, mi padre, no siente que ni cho ni mis hermanos más pequeños estamos en edad para dejar el hogar debido, en gran medida, a que vivimos en un ambiente rural muy duro y se necesitan muchas manos para subsistir.

-Ya lo recuerdo, sólo espero que aun así te permita estudiar en Europa cuando te ganes la beca. En ese caso, tu castigo consistirá en una semana en tu hogar, realizando un trabajo de investigación sobre la influencia de la obra de 3Isaac Asimov en la historia de la robótica; además de estar al día en tus tareas y estudiar para tus parciales, e incluso, el examen final, que tendrás que realizar apenas regreses a la escuela. Ahora sí, puedes retirarte.

-Gracias, pero haré lo que pueda, no puedo prometerle que lo terminaré antes del domingo pues estamos en verano y papá nos pedirá que cuidemos el ganado y los rebaños. Por cierto, ¿por qué me mira de esa forma?

-Es que me recuerdas a uno de mis mejores amigos.

            Y la mente de Mengele se remontó a años atrás, al periodo entre la primera y segunda guerra mundial, como si de una máquina del tiempo se tratara. Parecía revivir aquellos tiempos, cuando todavía era un ordinario joven alemán de mente brillante, que acompaño a su padre Joseph en investigaciones de campo pagadas por el gobierno alemán, para investigar la supuesta descendencia aria que tienen los gunas. Aquella labor los termino comprometiendo en la revolución guna contra la república de Panamá, la que terminaron apoyando por completo.

            Al final, los gunas lograron un alto grado de autonomía, sin embargo, las tensiones se mantenían en el ambiente; pero los gunas vivían la vida con normalidad, o al menos, así procuraban hacerlo. Y es que, al igual que el resto de las tribus aborígenes del continente, los gunas estaban bien conectados con su hábitat, de modo que aun estando muy ocupados en los quehaceres cotidianos, todavía podían estar alertas ante la más mínima señal de peligro.

            Fue en ese entonces que un adolescente Sigfried conoció a Urraca Colman, un joven aborigen guna de mente brillante y muy comprometido con la causa de sus compatriotas. Mengele, en cambio, aunque tenía sus serias dudas sobre las conclusiones a las que estaba llegando su padre sobre aquel pueblo exótico de pequeñas personas celosas de mantener su modo de vida, había desarrollado algún grado de admiración por la determinación de ellos: su valor le parecía comparable al más feroz de los beserker arios. Aquellos puntos de vista, tan disímiles, pero unidos por azares del destino en una misma causa los terminó haciendo amigos.

            Cierto día, mientras Sigfried les brindaba atención médica gratuita a niños gunas, fue abordado por Urracá, quien llego a su encuentro con una camisa larga de corte europeo de principios de siglo veinte, pantalón largo de tela lisa y pies descalzos en contacto con la arena, del mismo modo que Mengele.

- Listo Keyla, ¿viste que no dolió?

            Mengele le mostró a la niña el diente de leche que le había sacado, todavía sujeto a las tenazas de su pinza

-¡Está completo Sigfried y ni siquiera me dolió!, ¿cómo lo hizo?

-Es para que veas que los wagas también hacemos magia, ahora ve a tu casa a comer, que ya es mediodía. Te doy mi permiso para conservar ese diente de recuerdo

            La niña se fue contenta, corriendo con su nuevo trofeo sobre sus manitos extendidas y fue en ese momento en que Urracá comenzó a hablar.

-Nada mal para un joven que todavía no ingresa a una facultad de medicina

-¡¡Ah, hola Urracá, me alegra verte!!

-Pienso igual

- A propósito, mi padre es médico

-¿En serio? Tú disculpa que siempre lo olvide, pero Joseph Mengele se ve demasiado joven para ser tu padre

-El siempre ha sido un hombre increíble; mi ejemplo de vida. No en vano, el fuhrer le concedió la misión de venir aquí

-¿He investigar nuestros supuestos orígenes arios? Vamos Sigfried, tú no crees en esas patrañas.

-Yo no tanto, pero mi padre sí; en nombre de eso se encomendó en cuerpo y alma a brindar atención médica a los tuyos.

-No entiendo lo del nombre de Thule, ni de por qué mi gente escogió colocar la esvástica de ustedes en nuestra bandera; todo me parece un absoluto absurdo. Tal vez ese es el precio que tenemos que pagar para que patrocinen nuestra lucha; de todos modos, e independiente de por qué razón lo hagan, gracias. Mi pueblo necesita todo el apoyo posible para continuar con nuestra revolución. Sin ustedes, nunca lo hubiéramos logrado

            Mengele sonríe complacido

-Sabes Colman, lo que más cuenta para mí es nuestra amistad; de no ser por todo lo que está pasando nunca te hubiera conocido. Porque más que un ario, más que un guna, eres mi hermano.

            Mengele extiende su mano derecha y Urracá iba a realizar el mismo gesto cuando apareció uno de los gunas en taparrabo, anunciando con aires de urgencia lo siguiente.

-¡¡Se acercan los latinos, se acercan los latinos!!

-Creo que las autoridades de Panamá todavía no se resignan a perder la comarca – dijo Mengele -.

-Esos latinos buscan cualquier excusa con tal de volver a ocuparnos; creo que tiene que ver con esa lancha cargada de licor que decomisamos y que estaban persiguiendo. Pero no toman en cuenta algo: todo sucedió en nuestro territorio – dijo Urraca-.

-Es la ley seca4 ; le están haciendo el favor a los americanos – dijo Mengele -.

-¿Y qué? Ellos buscan cualquier excusa con tal de ocupar nuevamente nuestras tierras – continuo – Urraca.

            Cuando apenas escucharon los primeros gritos del mensajero, todos los gunas, hombres, mujeres y niños abandonaban sus chozas o lo que estaban haciendo con la prisa de un relámpago, sin llegar a vacilar. Lo hacían en una perfecta sincronía, sin desesperarse, sin vacilar ni mirar atrás; imperaba el miedo, pero también la disciplina, en medio del sonido de las ráfagas de metralla, que cada vez se escuchaban más cerca

            Las mujeres y los niños se refugiaban en el centro de las islas, donde los ancianos los esperaban rodeados de cocoteras. Los hombres tomaron sus rifles y se ponían en posiciones de tiro desde dentro de las chozas, que ahora no eran más que muros de contención para los invasores.

            Urraca uso una pata de cabra para abrir la tapa de una gran caja de madera, que estaba justo al lado suyo, para sacar su valioso contenido: rifles mousser de fabricación alemana. Seguidamente, el joven lanzaba las armas a sus paisanos con el fin de que las pudieran atrapar; le lanzó una de manera muy brusca hacia Sigried, que le hubiera golpeado la cara si no hubiera sido por su destreza al atraparla.

-Ustedes nos hicieron un gran favor donándonos estos rifles mousser; ahora, a la carga.

            En ese instante, una granada de mano cayó sobre una de las chozas cercanas a ellos, generando una gran explosión que hizo que todos cayeran al suelo. Tanto Colman como Mengele se incorporaron rápidamente: el primero corrió rápidamente en dirección a una de las chozas alzando su rifle en señal de desafío, seguido a diez pasos por el segundo; ambos estaban muy expuestos al fuego enemigo.

- ¡¡Tú dirige el flanco izquierdo, yo el centro!!

- ¡¡Espera, estás demasiado expuesto; yo te cubriré hasta donde tengas que llegar!!

- ¡¡Eres un necio, niño blanco!!

- ¡¡Soy un Mengele, es un mal de familia!!

-Júpiter, ¿te pasa algo?

            El doctor Mengele, quien aún estaba absorto en sus pensamientos, sacude la cabeza para hacer volver su mente a la realidad y luego llevo sus manos al rostro, como si algo lo apenara.

-Oh, de verdad estoy muy apenado; sé que no estás acostumbrado a verme reaccionar de esa forma.

-Claro que no, de hecho, es la primera vez que te veo actuar así.

            Hubo unos segundos de silencio entre ellos dos.

-Habla Ceferino, di lo que pensabas decir.

-Bueno, sin duda vos estabas recordando a tu amigo a quien cho le recuerdo, ¿cómo está él?

-Él murió... salvando mi vida.

            Esa respuesta causó un shock emocional en el niño, que pregunto aún sin salir del asombro.

-No puede ser, en verdad lo lamento mucho, ¿y cómo sucedió? Usted disculpe mi curiosidad infantil

            Y Mengele, que parecía contener algún sentimiento de indignación, respondió.

-No te preocupes por mí, entiendo que estás en la necesidad de saberlo y no pienso defraudarte: hace muchos años, yo y Marcial éramos dirigentes en una manifestación en Salta. Estábamos en primera línea, oponiéndonos a la construcción de una represa que algún político se le había ocurrido bajo el pretexto de ayudar al agro de la semi árida región patagónica cuando, de repente, un demente capitán de gendarmes ordenó disparar a matar. En medio de la confusión, él me sirvió como escudo humano.

            Ceferino bajo levemente su cabeza y pregunto, no sin antes hacer cierta reverencia.

-Cuando lo lamento Júpiter, aunque me llama la atención algo: no recuerdo que tú o alguien con ese nombre hubiera participado o muerto en alguna de esas constantes manifestaciones y es que me he aprendido la historia de todas, con fecha incluida.

-¿Dudas de mi palabra?

-No, una última pregunta y disculpa la molestia, ¿qué tanto se parecía a mí?

-Mucho, ya puedes retirarte.

            El joven hizo una pequeña reverencia, abrió la vetusta puerta y se fue.

            Al poco rato de irse, Mengele pensó en voz moderada.

-Todavía me pregunto, ¿cómo es que tienes esa prodigiosa inteligencia y nunca has comido nuestros alimentos adulterados?, ¿cómo te las arreglas para nunca salir completamente lastimado y terminar en nuestra enfermería?

            Del anillo de Mengele sale una imagen holográfica en tercera dimensión. Era la cara gigante de una joven adolescente: la interfaz de la computadora central de Nueva Thule.

-¿Logró convencerlo?

            Al escucharla Mengele se irrita.

-No pude, ese brujo supersticioso de Pelantaro jamás va a dejar que le ponga una mano encima a sus hijos, pero tengo un plan y esta vez no fallaré.

-Buena suerte, doctor Mengele.

-La suerte sólo viene de seguir el plan casi al pie de la letra, tener buena disciplina y estar listo para imprevistos. Ya puedes desaparecer.

-Sí señor, ¡salve Mengele!

            Inmediatamente después de salir de la puerta de la oficina de Mengele, lo esperaba una niña muy bonita que, al igual que él, vestía el uniforme de la escuela y era algo menor; ambos eran de la misma etnia mapuche. El niño se agarró de gancho con ella con uno de sus antebrazos y comenzaron a hablar.

 -Decime Ceferino, ¿cómo te fue a vos achá adentro?

-Vacha que tuve suerte Kahena; sólo castigo de una semana haciendo investigación y estudiando para los exámenes de fin de curso.

-Pues tendrás que equilibrar tu tiempo: también tenes que ayudar en casa con los quehaceres diarios; hay mucho trabajo.

            Él le sostiene la mandíbula con su otra mano suelta y le da un muy apasionado beso en la mejilla.

-Cuenten conmigo para todo; de eso ni te preocupes, Kahena, cho nunca les he fachado

-Otra cosa, Ceferino, no vuelvas a enfrascarte en otra pelea, me haces sufrir.

-Aunque cho no comencé la pelea....

-De todos modos, sabes que Aicapan está envidioso de ti; será mejor que no te luzcas demasiado. Oí que todo comenzó cuando levantaste la mano para responder la pregunta de la maestra.

-Es que él es el segundo de la promoción, el que gana mejor nota; piensa que me creo mejor que él. Pero bueno – se encoge de hombros -, es su idea.

-Siempre tan generoso y gentil Ceferino, bueno, por lo menos no trates de lucirte tanto en clase; no necesitas más puntos: tus notas te apoyan.

-Lo hice para que la escucharan quienes no se la sabían. Pareciera ser que nace de mí de manera inconsciente.

-¿Sabes una cosa Ceferino? Hasta ahora no he conocido un niño con el alma tan pura como la tuya, pero tristemente vives en un mundo que no comprende eso; al menos trata de aparentar algo de egoísmo o interés personal. Tal vez así te evites unos cuantos problemas.

-Trataré.

-Bien, cha estamos algo tarde para entrar a la clase; así que apresuremos el paso para acompañarte al salón y luego irme al mío.

-A propósito, antes de separarnos quiero saber, ¿cha le pusiste los últimos toques a los planos del brazo robótico que estamos haciendo?

-Te los daré esa noche, te lo prometo.

-Recordate que estamos bastante atrasados; bien sabes que la idea es hacer ese brazo robótico para venderlo a los latinos y conseguir el dinero para comprarle a Rayo de Luz a papá antes de su cumpleaños – dijo Ceferino -.

-Siempre lo tengo en cuenta Ceferino, ¡¡ese caballo está hermoso!! La verdad es que no pudiste escoger un mejor regalo

            Entre tanto, Mengele los miraba desde una pantalla holográfica proyectada en el aire a partir de su anillo, mientras estaba cómodamente sentado en su oficina.

-Pequeño Ceferino, no sabes lo afortunado que eres de ser el nuevo 5Prometeo

 

 

Notas

1.     Mandungun: Es el idioma original mapuche, hablado por casi doscientas mil personas

2.     Ulmen: Para los mapuches este es el equivalente a cacique o jefe de tribu. Cuando hay guerra, nombran a un toqui para la tribu. Cuando los mapuches deciden unirse para enfrentar a un enemigo común, escogen a un maputoqui (gran jefe) de una forma muy curiosa: ponen a los diversos toquis a competir entre ellos, cargando un pesado tronco de árbol por determinado intervalo de tiempo; quien resiste más es nombrado el nuevo mapu toqui y, por tanto, el jefe de todas las tribus mapuches. En el poema “La Araucana”, de Alonso de Ercilla, aparece una situación similar en donde se escoge a Caopolican como nuevo mapu toqui y, por lo tanto, líder de la resistencia contra los invasores españoles

3.     Isacc Asimov: Escritor y bioquímico de origen ruso, nacionalizado estadounidense, conocido por ser un prolífico autor de obras de ciencia ficción, historia y divulgación científica. Su obra más conocida es la saga de la Fundación, también conocida como Trilogía o Ciclo de Trantor. Hay quienes dicen que George Lucas plagio el material de Asimov y creo la saga Star Wars, pero son rumores no confirmados.

4.     Ley seca: Prohibición que reino en Canadá y Estados Unidos entre finales del siglo diecinueve hasta mediados del veinte del consumo de alcohol. Hay quienes dicen que esto fue el origen de la edad de oro del gansterismo.

5.     Prometeo: en la mitología griega, es el titán amigo de los mortales y el que les regalo el fuego, artilugio que él mismo robo del Olimpo y causo la indignación de Zeus. Por tal motivo, fue encadenado por Zeus para ser picoteado por un ave gigante pero, al ser inmortal, no podía morir. Posteriormente lo rescató el semidiós Hércules. En otros mitos se le considera el creador de la raza humana.

 

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