viernes, 31 de marzo de 2017

La orden de Mengele









Aquella mañana se estaba realizando una pasada de lista a l@s soldad@ thulenianos, llevada a cabo por un sargento robot. Luego de la inspección, el robot dijo, en resumidas cuentas, la siguiente orden de rutina.


Traducido del aleman



-Atención soldados y soldadas, antes de partir, es necesario recordar las instrucciones: deben hacerse pasar por dioses ante los homo sapiens, realizar curaciones médicas y hasta dar consejos si es necesario; son órdenes de su excelencia ¡¡Una orden es una orden!!




Sin embargo, un soldado preguntó lo siguiente.



-Sin ánimos de ofender jer oficial pero ¿Para qué se supone que su excelencia siempre está interesado en que nos hagamos pasar por dioses ante esos inferiores homo sapiens? Es que somos omega sapiens, somos superiores en todos los sentidos a esos primitivos; su excelencia nos modificó para que así fuera. No hay nada que nos puedan ofrecer ni que tengamos que ganar con ello; nuestros cuerpos son perfectos y aquí en la república tenemos tecnología hasta para cambiar el clima y sobrevivir el cambio climático que esos cavernícolas se encargaron de crear ¿Acaso no les estamos ofreciendo favores a quienes no lo merecen?



Entonces el robot, que a falta de rostro tenía una especie de pantalla semi grisácea que hacía de cara, emitió una luz rojiza intensa intermitente a través de esta y, con su tono de voz electrónica, dijo lo siguiente mientras levantaba su pistola desintegradora para apuntarle.



Es una orden y las órdenes de su excelencia no pueden ser cuestionadas ni desestimadas, cabo Wurth.
-Es usted un robot sargento ¿Acaso no se supone que no puede matar a un ser humano?



De pronto, unos juegos de luces láser se proyectaron de la frente vidriosa del robot, haciendo aparecer en el aire el robusto y bien parecido rostro del doctor Sigfried Mengele. A través del holograma, Mengele gesticulo en los labios lo siguiente.




-Es verdad Wurth, el robot no puede matarte, pero si yo se lo ordeno sí; has cometido una infracción muy grave. Debes recibir el castigo acorde con el código militar sobre actos de insubordinación ¿Qué tienes que decir al respecto?




-Su excelencia, me acojo al artículo cuatro de la ley de libertad de expresión, tod@s en Nueva Thule tenemos derecho a discrepar cuando no se está de acuerdo, incluso si se trata de usted, su excelencia.
Por un momento, los intensos ojos azules de Mengele se clavaron fijamente sobre aquel persistente soldado, mientras sus otros compañer@s lo miraban con una mezcla de admiración y miedo. Finalmente, el doctor Mengele respondió. 




-Está bien, ciudadano Wurth; ha hecho uso de los derechos que le concede la constitución. Tendremos una breve charla en mi despacho privado.




El robot le disparo un rayo teletransportador al soldado, que hizo que su cuerpo se desmaterializara en partículas de luz hasta reducirse en la nada.




Wurth reintegro su cuerpo en la cámara de teletransportación de la sala de telecomunicaciones de Mengele, donde este lo esperaba cómodo en su silla de mando.



-Sea bienvenido soldado Wurth, tome asiento.




Justo detrás de Wurth, un extraño sillón de superficie concava y base cónica se teletransporto detrás de él. Luego, una de las valquirias - cuerpo femenino de soldadas élite que son las guardaespaldas de Mengele, entre otras cosas -, les trajo dos tazas de té Earl Gray sobre unos platos, el sabor favorito de Mengele. Pocos segundos después, apareció tele transportado un pequeño taburete de madera estilo antiguo en medio de los dos, en donde podían colocar las tazas.
 


-Entiendo que usted, como ciudadano tiene inquietudes sobre el por qué nos hacemos pasar por dioses ante esos primitivos homos sapiens ¿Cierto?



-Es verdad, su excelencia.



Antes de que pudiera continuar, Mengele se le adelanto en tono amable.


-Sin embargo, es la primera vez en cuarenta años que alguien del ejército quiere contravenir una orden de esa magnitud; esas misiones especiales son uno de los pilares inamovibles de nuestra institución.


-En verdad no quiero contradecirlo su excelencia, pero necesito tener bien claro el por qué estamos haciendo eso; no le hayo ningún sentido.



Mengele lo miro fijamente a sus ojos, como si estuviera a punto de disparar un rayo desintegrador con la mirada. Luego le respondió de manera fría.


-Eso es un secreto de estado.



-Puedo entender que son necesarios los secretos de estado, pero como soldado participe de estas misiones quiero saber por qué estoy arriesgando mi vida en esto, si es esto útil para nosotros y nuestra república, a sabiendas también que estamos expuestos a ser atacados por ese caballo sólo por realizar…


-¿Una tontería?



El soldado trago saliva, casi tira la taza al suelo, pero procuro mantener la serenidad. Dejo la taza y el platito sobre el taburete.



-No su excelencia, no es lo que quise decir, pero me parece que hay cosas más importantes que brindar ayuda y asistencia a esos seres inferiores.


-Cabo Wurth, debe quedarle claro dos cosas: como ciudadano de Nueva Thule usted tiene derecho a hacer uso de la ley si tiene que defender sus derechos, pero como soldado usted está básicamente obligado a obedecer órdenes y, en este caso particular, estas asistencias a esos seres inferiores han sido una de mis iniciativas primordiales.



-Nunca fue mi intención incomodarlo, su excelencia, tan sólo buscaba una explicación para darle sentido a estas misiones; opinar y cuestionar son derechos establecidos por la constitución.



-La constitución y el manual de guerra los escribí yo, aprobados por el parlamento y luego en referéndum; son dos de los grandes pilares que mantienen el buen funcionamiento de la república. Todo eso que redacte y escribí son producto de mis juicios éticos y todos estuvieron de acuerdo; lo que más me preocupa ahora es que dudes de mis facultades, aunque haga o decida cosas que están fuera de esos textos sagrados.



-Su excelencia, jamás puse en duda su capacidad. Sus buenos juicios han mantenido en perfecta armonía el funcionamiento de nuestro país. Procurare de ahora en adelante hacer uso de mi libertad de expresión de forma más sabia.


-Una libertad de expresión que, en realidad, es inexistente; todas las casas editoriales, canales de televisión y cadenas noticiosas son propiedad privada. Son sus dueños lo que deciden cual es la línea editorial. La única razón que les concedo ese aparente derecho es para dar un desahogo en medio de tanto orden; si bien a ningún ciudadano y ciudadana de Nueva Thule les hace falta lo básico y la pobreza es inexistente, la gente suele tener necesidades existenciales tan complejas, que necesitan expresarlo. Sin embargo, no pueden responsabilizar al gobierno de sus problemas, todo el mundo sabe que lo veo todo y lo sé todo, hasta lo que hacen los grandes magnates en sus retretes; son incapaces de criticarme porque, en el fondo, yo sé y ellos saben que ninguno de nosotros es perfecto. Es así como aquí se ha mantenido el orden, la paz y la armonía aquí. Como, por ejemplo, me entere de tu reciente divorcio; cuánto lo siento.




Al escuchar esto, los ojos de Wurth estuvieron a punto de salir de sus órbitas y decir un improperio, pero se contuvo a tiempo; no quería empeorar su precaria situación con el líder. Mengele noto eso de inmediato y dijo de forma conciliadora.




-No te preocupes por ello, nuestro sistema judicial te hará justicia a ti y a tu hijo e hijas; sé que en realidad no fue exactamente tu culpa, yo estaré al tanto de todo.


-Estoy agradecido por eso.



-Pero hay verdades o mentiras que son tan peligrosas, que pueden desestabilizar sociedades; el imbécil de Adolfo Hitler y su brillante ministro de prensa Joseph Goebbels lo demostraron fehacientemente, engañando al pueblo alemán haciéndoles creer que eran invencibles. Es en esos casos, en donde suelo usar mi criterio para impedir que ese tipo de informaciones se divulguen. Por ejemplo, no siempre permito que se publiquen noticias sobre los ataques de cierta bestia con super poderes que causa uno que otro estrago entre nuestras fuerzas; mal divulgado, haría que la gente aquí le tenga miedo.



-Esa bestia estuvo a punto de matarme, pero, en lugar de eso, nos envio a una ciénaga a mi y a mis compañeros y compañeras tras el ataque a nuestro convoy patrulla; fuimos rápidamente tele transportados a nuestra base tras ser localizados.




-¿Lo vez? Es ese tipo de situaciones que te hacen dudar, hasta a ti mismo, de la peligrosidad de ese fenómeno; si se publican todas las veces que la bestia ataca a nuestras fuerzas y luego de sus espectaculares escapes antes de que vengan los refuerzos, la gente comenzara a dudar de nuestra capacidad de respuesta. Si se redactan notas sobre su extrema compasión al no matar a nadie, cualquier ciudadano o ciudadana de a pie es hasta capaz de creer que el enemigo público número uno de Nueva Thule no puede ser tan malo. Sin embargo, yo lo conozco muy bien y el bienestar de nuestra república no es lo que busca; es allí donde algo de censura es justa.




-Soy consciente de ello.


Mengele notó su tono de duda mal simulada duda y respondió lo siguiente de forma algo delirante.



-Yo diseñe la mayoría de los microprocesadores que hacen funcionar nuestros artefactos tecnológicos; logré derrotar a los anunaki y, desde entonces, somos los dueños absolutos del sistema solar y más allá; estoy dirigiendo la colonización de Alfa Centauri, el planeta más cercano fuera del sistema solar y hasta cree en laboratorios las modificaciones genéticas, basadas en el genoma humano, que nos ha permitido tener estos cuerpos perfectos, con un alto poder de auto sanación y a punto estamos de lograr la inmortalidad ¿Aun así dudas incluso de mis deducciones?




-Lo entiendo su excelencia, usted y su padre, Joseph Mengele, son los fundadores de nuestra república; lo que usted decida siempre es en aras del mayor beneficio para el país.




Apenas menciono el nombre de su padre, Mengele pareció fruncir un poco el entrecejo en su inexpresivo rostro, luego rápidamente recobro la serenidad. El soldado noto ese rasgo por un instante; sabía que la relación entre Sigfried y su padre rayaba entre la veneración y el odio; craso error haberlo mencionado, al menos en ese instante.



-Usted lo tiene bien claro cabo Matheus Wurth, pero ha puesto en duda mis intenciones y mi liderazgo ¡¡Valquirias!!



Dos mujeres altas y bellísimas, una asiática y una rubia aria se pusieron a ambos lados de Wurth, agarrándolo fuertemente por los dos brazos y levantándolo con suma facilidad de la silla. Aunque Wurth, como todo buen thuleniano, ni era un enano ni mucho menos un flacuchento sin músculo, comparado con esas atléticas mujeres poco le faltaba para parecer un hombre ordinario.



-Llévenlo a mis laboratorios, él será el primer voluntario para mi experimento que busca descubrir cuánto tiempo puede sobrevivir un fornido humano thuleniano tras ser transplantado de un corazón normal al de una rata.




Mientras Wurth pataleaba y forcejeaba inútilmente sin parar para no ser arrastrado a los laboratorios, gritó con una expresión de pánico.




-¡¡No puede hacerme esto su excelencia!! ¡¡Tan sólo fue una pregunta!!¡¡Si no quería responderme, por qué no mando al robot que me desintegrara en el acto!!




-Jujujajajaja ¿Y qué pensarían de mí sus demás compañeros y compañeras? ¿Que yo fusilo ciudadanos de Nueva Thule cada vez que reclaman sus derechos? Esto es una república o, al menos, debe parecerlo; mantener las apariencias brinda una sensación de tranquilidad, aunque sea sólo nominal. Si los ciudadanos de Nueva Thule tuvieran la opinión de que viven en una pseudo dictadura ¿Podrían dormir por las noches con el miedo a sufrir lo mismo que a usted? Por cierto, sigue gritando así y te operare sin anestesia.



Mientras el soldado, entre improperios e insultos, era llevado a la cámara de tele transportación para ser llevado a su destino final, el doctor Mengele se paró en el centro de su puente de mando y le dio la siguiente orden a las valquirias sentadas frente a sus respectivas consolas de control de la sala de telecomunicaciones.





-Atención valquirias, quiero que proyecten un holograma mío por medio del sargento robot para darle a las tropas el siguiente mensaje: soldados y soldadas de la gloriosa república de Nueva Thule, debido a su persistente curiosidad, el cabo Wurth se le ha encomendado una misión confidencial permanente, en la que, finalmente, terminara comprendiendo la necesidad primordial de brindar asistencia técnica a los supersticiosos y primitivos homo sapiens ¡¡Ahora, a cumplir la misión encomendada, por el bien de la república!!



Tras decir esto, el propio Mengele se dirigio a la cámara de teletransportación, que lo envió directamene a sus aposentos privados. Allí, sin que nadie lo viera, levantó su dedo índice con su anillo de oro macizo puesto, que proyecto desde su superficie la imagen holográfica de Relámpago el caballo volando majestuosamente con su capa blanca, extendida como unas alas delta. La contempló algo extasiado.




-Oh hijo mío, y pensar que hasta tú mismo eres fruto de mis experimentos; eres mi más grande creación y de eso no me arrepiento.







miércoles, 22 de marzo de 2017

Lufke Kawellu 5 (Relámpago el caballo,5ta parte)

 

Viene del capitulo anterior.



Ceferino trata de aprender a usar sus poderes.

            Lo que no se dio cuenta el híbrido caballo/humano es que con su ira causó una pulsión electromagnética gigantesca, que logró abarcar la totalidad de Argentina y partes de Chile, además de la cordillera de los Andes. Su onda expansiva causó que a su paso todos los aparatos eléctricos dejaran de funcionar, provocando caídas de aviones e incluso de las naves de los thulenianos; todos fueron a dar al suelo con saldo de muchas muertes.

            Inclusive toda Buenos Aires se quedó sin luz. En las imágenes de la visión remota, que ahora tenía Ceferino/Centella, veía en toda su tercera dimensión y en todos los ángulos, el desastre causado y las víctimas vivas o muertas, atormentándose por dentro al son de la tormenta. La ciudad estaba hecha un caos. Los aviones se iban estrellando en picada al suelo, a causa de la pulsión electromagnética que provocó y estallando con grandes explosiones

-Oh poderoso Ngenchen, apenas me puedo mover como caballo y ahora necesito aprender a arreglar esta tragedia. Te ruego me achudes a usar estos poderes.

            Lo primero que hizo fue ir a cada una de las generadoras eléctricas de Buenos Aires y las regiones circundantes al norte, que eran las que más necesitaban energía, siempre guiándose por su prodigiosa visión remota que le permitía ver todo el panorama en tercera dimensión sin moverse de donde estaba. A pesar de que apenas se podía mover como caballo, tuvo forzosamente que aprender a usar sus poderes, dándose cuenta que se podía desplazar a una velocidad similar a la luz, lo que le facilitaba la cabalgata e incluso podía sentir que levitaba levemente del suelo.

            Al llegar a las plantas de generación eléctrica, provoca electroshocks poderosos en los generadores para revertir lo que causó. Mientras hacía esto, lo sorprendieron dos guardias de seguridad que, al ver a un imponente caballo brillando en intensa luz blanca, quedaron con rostro atónito. Ceferino gira lentamente la cabeza hacia su dirección y uno de ellos, sin saber qué hacer, desenfunda lentamente su arma, aunque con signos evidentes de miedo, haciendo que el otro siga su ejemplo. Como instintivamente, una descarga eléctrica sale disparada del cuerpo del caballo hacia los dos guardias, dejándolos en estado de muerte clínica.

-¡¡Por Ngenchen, que he hecho!!!

            Ceferino se acerca cabalgando rápido hacia donde estaban desmayados, cayéndose algunas veces al suelo para luego levantarse. Su fino oído no escucha sus corazones latir.

             Esto lo veía mucho en ER, pero no estoy tan seguro que resulte, de modo que trataré de dar una descarga moderada

            Puso los cascos de sus patas sobre el pecho de ambos hombres y, con su descarga, los hizo revivir rápidamente. Al abrir los ojos, el caballo se había ido y el generador funcionaba.

-Vos no le digas de esto a nadie, porque no nos van a creer – dijo uno de ellos.

            Después de revertir lo que hizo con los generadores de la región norte, Ceferino se fue hasta donde estaban los aviones estrellados. Algunos casos la destrucción fue total pero, donde había sobrevivientes, el poderoso caballo apagaba las llamas al pasar cerca de ellas a velocidad luz, lo que provocaba que estas se desintegraran producto del arrastre del viento que causaba su cuerpo al correr. Pudo ver todo el daño y las victimas que había causado.

 

            Esto es tedioso, apenas puedo agarrar a alguno con estas cuatro patas y aún si pudiera, nada me puede garantizar que no morirán por causa del voltaje eléctrico que genera mi cuerpo. Jamás he estado en una encrucijada tan…

            Pensaba esto a la vez que golpeaba el suelo con su pata en señal de frustración. Pero, al hacerlo, se dio cuenta que todos los cuerpos a su alrededor comenzaban a levitar en el aire, sobre todo los más ligeros y al levantar la pata volvían a precipitarse al suelo; en ese instante puso la pata contra el terreno y todo levitaba otra vez.

            Por más que me cueste creerlo creo saber lo que sucede: de algún modo puedo manipular los campos electromagnéticos de cada cuerpo y eso hace que juegue con la gravedad, siendo eso aún más notable con los metales. Según lo planteado por 1Isaac Newton, la ley de gravitación universal rige todos los cuerpos, o sea, que todos se atraen; a mayor masa mayor gravedad. Pero lo único que sé es que soy algún tipo de anomalía que causa ese tipo de efecto a menos que.., ¡¡eso es!!, al poder manipular la gravedad a mi alrededor puedo atraer a esas personas cerca de mí para así viajar con ellas a la velocidad de la luz. Ceferino, espera un minuto, ¿y si se electrocutan debido a tu poder electromagnético?, ¿si se desintegran a la velocidad de la luz?, vamos, piensa, piensa…

            Segundos después, otro avión caía en picado muy cerca del lugar siniestrado en que estaba parado. Aunque había impactado a unos cuatro kilómetros de distancia, el ruido ensordecedor de la explosión llevo su grito fúnebre más allá de los confines del lugar de la tragedia. Así las cosas, Ceferino tuvo que acelerar su análisis para buscar una pronta solución a su dilema; meneó su negra cabeza equina sacudiendo sus crines blancas al aire a la vez que rumiaba.

            Por Ngenchen, ahora no sé qué hacer, estoy pensando en salvar a esta gente consciente de que mi intento también los podría terminar de matar, y mientras tanto siguen muriendo en esos aparatos. Sé que es mi culpa.., ¿pero qué estoy pensando, si cha no tengo tiempo para esto ahora?, piensa Ceferino, piensa, por algo Ngenchen te dio un cerebro. Si tan sólo pudiera envolverlos en un campo de fuerza.., ¡¡Eureka!!, si todos los cuerpos vivientes tienen algún grado de energía electromagnética, puedo manipularla de manera tal que logre condensarlos en una burbuja,  lo que también serviría de campo de fuerza, ya sea para protegerlos de mis rayos electromagnéticos como de desintegrarse si los hago viajar a velocidad de la luz.

            Pero ahora que lo pienso, también podría atraer los contundentes objetos metálicos y eso con mayor facilidad que un cuerpo orgánico, lo que haría contraproducente mi esfuerzo; incluso, es posible que también termine moviendo los aviones o partes de ellos.

            O intentar algo más: tomando en cuenta que, por alguna misteriosa razón, tengo un gran control sobre este tipo de fuerzas, puedo concentrar mis esfuerzos en los cuerpos orgánicos y desechar hacerlo con los metálicos; se supone que eso me facilitaría las cosas, ya que al sólo concentrar mi energía a ellos me será mucho más fácil formarles campos electromagnéticos y atraerlos a mí. Cho, por mi parte, también condensare mi campo electromagnético en una burbuja, de manera tal que sirva como una especie de 2 ground que hará posible concentrar buena parte de la energía mía adentro y la que sale será para mantener a la gente unida a mí y hacerlos viajar conmigo a la velocidad de la luz. Sé que lo que digo es una locura, pero no tengo más tiempo para el ensayo y el error; debo comprobar esto en el primer intento o cargaré de por vida este desastre. Creo que esto último no lo podré remediar, pero al menos mi esfuerzo me hará sentir menos culpable.

            Oh poderosa alma cósmica, 3Ngenchen o como quiera que te llames, si puedes escucharme dame el coraje y la fuerza necesaria para acometer esta difícil empresa, porque no tengo más opción, 4 ¡¡marichiwew!!

            Fue en ese momento que Ceferino, con su nuevo cuerpo y sus recién descubiertos poderes, comenzó a ayudar a las víctimas del mismo desastre que causo. Al concentrar su electromagnetismo en la misma acción que se decidió por hacer en sus meditaciones ocurrió algo extraño: otra vez la visión remota le mostraba en su mente un área como de tres kilómetros de desierto patagón con él en el centro y alrededor de él los escombros de los aviones con pequeños puntos muy cerca de ellos, como si se tratara de una gran fotografía tridimensional. Sin una explicación aparente, su atención se enfocó 0en los puntos pequeños que tuvieron un aumento de forma automática, llegando a ver solamente los cuerpos humanos o lo que quedaba de ellos.

            En su mente quería buscarle una explicación a eso, pero el tiempo apremiaba y sólo se limitó a envolver en burbujas electromagnéticas a quienes percibía que todavía estaban con vida envuelto en la suya propia, generando fuerte voltaje pero que al atravesarla perdían buena parte de su carga eléctrica, logrando atraer a todos esos cuerpos envueltos en otras burbujas formando una especie de conjunto de cuerpos con forma de círculo.

            En cuestión de segundos, del cuerpo central de ese conjunto – que era Ceferino con cuerpo de caballo – comenzó a emanar una luz blanca intensa que se propago hasta alcanzar el borde del círculo, haciendolo parecer una estrella enana blanca; después salió disparada, como un relámpago, seguida por un trueno. A todos los dejo en el hospital más cercano, procurando siempre que nadie de su personal lo pudiera ver, pero se preocupaba por hacerlos descender en el espacio más amplio posible, por lo menos a más de treinta segundos de cada lugar para no causar daños a nada ni a nadie; se dijo luego que unos relámpagos dejaron, como por arte de magia, a centenares de víctimas malheridas o moribundas cerca de cada sección de urgencias de varios hospitales.

            Continúo ayudando a todos los que pudo y a hacer descender de forma menos dramática los aviones que seguían cayendo aunque, por desgracia, no pudo evitar todos los aterrizajes forzosos o trágicos. Al menos se consolaba cuando veía que, en algunos aviones que aterrizaban forzosamente, se abrían sus puertas y de estos emergían los típicos toboganes inflables, por donde se deslizaban los/as supervivientes hacia el suelo.

            A pesar de descubrir que era muchísimo más fuerte de lo que creía, todavía le costaba trabajo pararse como caballo con tanto peso que, por suerte, lo compensaba al levitar en el aire. Pero, de repente, en su mente pudo ver con su visión remota los objetos voladores estrellados de los thulenianos regados por toda la región y dejó su abnegada tarea de rescate para darles el toque de gracia a sus agresores. En su mente, Ceferino rememoraba el momento en que ellos se burlaban de él en aquel cuarto oscuro, alumbrado por esa luz paralizante sobre él.

            No podía soportar en mi mente la tortura de aquel recuerdo, el momento en que echos se burlaban de mi nueva condición; no me habían dado ni un pedazo de comprensión, sólo su mofa y desprecio. A pesar de que en teoría cho seguía siendo un niño, la voz de mi torturada alma me estremecía como un terremoto cuyo epicentro venía desde lo más profundo de mi corazón: el deseo de la venganza.

 

             Era como si cho no estuviera en mi cuerpo, sino más bien algún tipo de espíritu del mal, algún 5wekufe que causaba que entrara en un trance, siendo en esos momentos que perdía toda sensibilidad humana y me lanzaba a la carga con tal frenesí que cha no me importaba mi suerte; me entregaba a la batalla sin mayor contemplación por mis enemigos.

             No me importaba sino matar, matar, matar, matar o morir en el intento porque no podía contener mi furia. Oh Ngenchen cómo me hubiera gustado que me mataras en ese mismo instante….

            Los malheridos thulenianos se vieron superados por los poderes y la voluntad vengativa de aquel híbrido humano/caballo. Y mientras el caballo embestía contra varios hombres y mujeres thulenianos vio que, luego de esquivar uno de los rayos phaser desintegradores, dio hacia una de las propias soldadas thulenianas, quien tomó una coloración roja en todo su cuerpo y luego desapareció al instante.

            Debo evitar a toda costa que siquiera me rocen esos disparos, porque los voy a…

            Ese día Ceferino sacio su sed de venganza con la sangre de los thulenianos. Como el poderoso caballo que era ahora, viajaba a velocidad de la luz embistiendo con su fuerza a cuanto enemigo había por delante. Así fue como murió el niño y nació la peor pesadilla de Nueva Thule; cada noche se acostaban a dormir con la vaga esperanza de despertar el siguiente día.

            Simultáneamente, en la isla Frienship, Mengele veía atónito desde varias pantallas holográficas que flotaban en el aire formando una cúpula arriba de su cabeza, las diversas escenas transmitidas desde los dispositivos escondidos de las naves estrelladas, cómo una ráfaga eléctrica, que por momentos parecía tener la forma de un caballo de luz blanca y ojos con el brillo de soles, y  acababa con lo mejor de su ejército a la velocidad de la luz.

- Doctor, usted tiene razón: ha creado un monstruo.

- Hagen, por favor, no me lo recuerdes más; yo lo cree y yo lo voy a destruir, pero mientras hallo la forma, debo asegurarme de que nuestros hombres, mujeres y equipo no sigan siendo destruidos además de ser descubiertos por esas razas inferiores. ¡Computadora, comuníqueme de inmediato con el mayor Aku Sakata, jefe de la armada espacial!

 -Enseguida doctor Mengele.

            Aparece en tercera dimensión, como si realmente estuviera parado en el laboratorio, un fornido hombre de rasgos asiáticos, con el mismo uniforme de una sola pieza pero azulado y parecido al de piloto de pruebas de un futuro lejano. Su estatura podría parecer algo más baja que sus contrapartes, pero seguía siendo bastante más elevado que el promedio mundial y a pesar de exhibir algunas canas y algo de edad, se seguía viendo muy viril.

- ¡Hail Mengele!, ¡Hail Nueva Thule! ¿Qué se le ofrece comandante?

- ¿Cuántas naves nodrizas tienes a tu disposición?

-Mi señor, actualmente hay dos sobrevolando la tierra, una al otro lado del mundo y la otra sobre la estratosfera de la región en donde se ubica nuestra capital, Frienship, ¿desea algún transporte masivo de tropas o recogerlas de donde están?

-  Mírelo usted mismo

            Mengele le mostró a la figura holográfica del veterano militar las mismas pantallas proyectadas en el aire, en donde se podía apreciar la gran cantidad de naves espaciales estrelladas y sus supervivientes siendo masacrados por un estruendoso relámpago.

- ¡Esto es un desastre! No solamente no sé qué es esa cosa que ataca a nuestras languidecientes fuerzas; son muchas las naves accidentadas y los supervivientes demasiados para poderlos llevar todos en las dos naves nodrizas. Las hay estrelladas en la misma cordillera de los Andes y aún teletransportarlos de allí a las nodrizas requeriría un enorme grado de precisión, para no causar accidentes ni a nosotros ni a ellos.

- ¿Y si usamos muchas más naves nodrizas?

- Me temo que eso requeriría de toda nuestra flota distribuida en el sistema solar si queremos hacer el rescate a la perfección y con toda la paciencia que se requiera, dado la gravedad de la situación. El único inconveniente es que realizar esta tarea de rescate nos dejaría a merced de que las razas inferiores nos detecten con sus primitivos medios de rastreo, lo que nos dejaría en una posición vulnerable cuya única solución sería una confrontación militar. Señor yo estoy a favor de realizar el rescate ¡¡Es hora de que esas razas inferiores descubran quiénes son sus nuevos amos!!

-No

            Hagen Gunnar intervino.

- ¿Señor por qué? ¡¡Es una locura!!

            Sakata agregó lo siguiente

-Usted está arriesgando la vida de hombres y mujeres valientes...

-Cambio y fuera

            El holograma de Sakata desapareció de la vista.

-Computadora, active el mecanismo de autodestrucción de cada una de las naves detectadas ahora.

-: Secuencia de explosión nuclear controlada activada.

- ¡¿Pero qué hace, está condenándolos a morir sin causa justificada?!!!!

-Estoy protegiendo nuestro modo de vida, si ellos y ellas caen en manos de las autoridades de los seres inferiores, descubrirán la existencia de nuestra república y nos declararán la guerra, que por cierto ganaremos. Pero nuestra intención nunca ha sido destruir al resto de la humanidad; ellos se extinguirán solos producto de la selección natural, que no debemos alterar de ningún modo porque cualquier daño al planeta nos lo haremos a nosotros mismos. Al final sólo prevaleceremos nosotros, luego el superhombre. Es más, ya no puedo revocar la orden de autodestrucción; ese comando no existe, por lo que sólo cuesta rezar por las almas de nuestros guerreros.

- ¿Antes de programar a nuestra computadora central con esos comandos, nunca tomo en cuenta que, de todas formas, habrían miles de testigos que nos podrían ver, que sus rústicos medios de comunicación podrían revelarnos a sus gobiernos?

-Ja, ese asunto es lo de menos, ya verás que dentro de unos días todo esto les parecerá tan increíble a sus pequeñas mentes que creerán haberlo alucinado. Los daños colaterales son muy difíciles de evitar, pero si rescato a nuestra gente, será aún peor.

            Mengele se aleja de Hagen y cuando ya estaba como a unos seis metros de distancia, Hagen dice un leve murmullo con los dientes contraídos.

-Inhumano miserable....

-Mi querido Hagen, si no estás de acuerdo con mi liderazgo, puedes utilizar la cláusula Herman que está contemplada en la constitución y retarme a un duelo a muerte para definir quién de nosotros termina siendo el presidente de la república

            En un fugaz parpadeo, Hagen mira de reojo hacia atrás pero éste, que ahora se encontraba a un costado de él, le dice lo siguiente.

-Pero sabes muy bien que no aceptaré porque todavía me eres muy útil; es difícil conseguir un asistente como tú.

            Mengele volvía a retirarse caminando y al rato volvió a girar la mirada a Hagen y dijo.

-No te preocupes Hagen, aún no he logrado descubrir el secreto de la inmortalidad, así que puedes pensar en presentar tu candidatura en las elecciones generales dentro de diez años, tal vez me ganes dentro de doscientos años.

            Mientras Mengele reanudaba su retirada, Hagen pensó con sus dientes contraídos y sonrisa de furia disimulada.

-Juro que antes de cumplir los ciento sesenta años yo te voy a derrocar, brujo.

            En diversas partes de Sudamérica, los ciudadanos comunes están siendo confrontados por gigantescos humanoides malheridos que salían de destrozadas naves. Sus autoridades trataban de detenerlos con sus débiles armas, pero eran incapaces de darse cuenta de que aquellos trajes de una sola pieza tenían la propiedad de absorber los impactos de sus balas causando muy agudos dolores, pero sin matarlos y a la vez que respondían con su descomunal fuerza y rayos desintegradores; luego eran apabullados por lo que parecía una especie de rayo que en esos momentos fortuitos salvaba a las víctimas. Todas las imágenes aparecían en youtube y los noticiarios.

            De las naves destrozadas salían disparadas ráfagas de rayos desintegradores que, en lugar de matar a los intrusos, lo hacían con los thulenianos, seguido de una explosión en forma de hongo que se expandía rápidamente por todo el perímetro donde estaba la nave y varios metros alrededor, para ser  absorbidas luego por un pequeño agujero negro de corta duración que, además de frenar la explosión, la hacían retroceder hasta que se desintegraba por completo, dejando en el lugar una mancha quemada en forma de base de nave espacial. Los infortunados que no murieron a causa de los gigantescos humanoides, terminaron desintegrados por aquella explosión nuclear controlada; el propio Ceferino fue separado de sus rivales por la onda expansiva de la bomba que también le causó ceguera pero, segundos después, sus ojos se auto sanaron por completo, como si tuviera poderes regenerativos.

            Mientras, en el palacio presidencial de Casa Rosada, el presidente argentino llama a su alto mando

- General Giorgio Cavani ¿Vos sabe qué pasó?

 Aún no su excelencia, parecía una escena de la guerra de los mundos donde muchos compatriotas perdieron la vida brutalmente y luego estos gigantes se desintegran en medio de una gran luz blanca que aparece y desaparece.

- ¿Cuál es el saldo de víctimas?

-Creemos que entre quinientos mil y tres millones de personas y nuestros contadores geiger detectaron leves niveles de radiación en aquellos lugares.

-Ordena un comunicado que diga que algún bromista hacker quiso desinformar la población, con una supuesta invasión extraterrestre.

- ¿Vos está loco?, las imágenes se han distribuido a todo el mundo incluso en CNN, hay testigos y las víctimas son ciudadanos argentinos que aparecen en el registro público.

 

-Nosotros no podemos explicar lo que pasó y si alarmo a la población con supuestos buzos gigantes asesinos tendré que declarar estado de emergencia y no tendré fondos para reelegirme; esta es una orden o lo voy a destituir a usted como voy a hacer con mi ministro de comunicaciones por supuestamente no darse cuenta que fue todo un montaje, mi querido general.

- Sí, su excelencia, pero tengo una inquietud personal, ¿acaso los demás presidentes de los otros países van a hacer lo mismo que usted piensa hacer?

- Todos somos políticos, pensamos casi de la misma manera; sólo sabemos ganar elecciones y mantenernos en el poder el mayor tiempo posible.

- ¿Pero acaso la democracia no es el gobierno del pueblo’

- Si en verdad fuera el gobierno del pueblo el mismo pueblo se gobernaría, pero no es posible; son como ovejas que necesitan pastores y es allí donde entramos los políticos, somos los pastores que las cuidan solo para extraer su lana y venderla al mejor postor. Así ha sido siempre, si no hay pastores las ovejas mueren y si no hay ovejas los pastores no podrían vender la lana y se morirían de hambre.

- Una magnífica metáfora, pero ese tipo de filosofía contradice el estado de derecho.

- ¿Y desde cuando usted es filósofo?, no lo contrate para que me de clases de cómo gobernar; recuerde, Cavani, que un político lo puso en el cargo y, de igual manera, lo puede destituir.

- Discúlpeme, su excelencia, no fue mi intención criticar su buen juicio; quería saber su opinión sobre ciertas cosas.

- Puede retirarse, señor Cavani; solo recuerde cumplir su orden.

Y así lo hizo de la manera más discreta posible.

 

 

Notas

1. Isaac Newton: Científico británico descubridor de la ley de gravitación universal. Cuenta el mito que la descubrió luego de ver caer una manzana de un árbol

2. Ground: En términos de electrónica, ground o tierra hace referencia al punto en los circuitos electrónicos en el que se miden los voltajes, un camino común de retorno para corriente eléctrica o una conexión directa a tierra.

3. Ngenchen: Es el dios único de los mapuches.

4. Marichiwew: El grito de guerra mapuche.

5. Wekufe: Según los mapuches, son las almas en pena que aún no han ido al lugar de instrucción y por eso les causan agravio a los vivos. No son considerados seres buenos.